El pequeño vendedor de enciclopedias pequeñas preguntó, nada más abrirle la puerta, si podía utilizar el servicio. La pequeña enlatadora de atún en escabeche respondió que sí, que adelante. Cerró la puerta con pestillo, mientras ella esperaba al otro lado. Se escuchó un golpe seco. Luego, el sonido de la cadena. Desapareció. La policía mintió a la prensa diciendo que aquel pequeño vendedor de enciclopedias nunca había existido. La editorial en la que trabajaba había pagado una cuantiosa suma por esa declaración policial. La pequeña enlatadora de atún en escabeche fue internada en un centro especial para psicóticos con buena educación.
Lo único cierto es que desde entonces, la pequeña vecina del quinto no hace más que quejarse de un atasco que no le permite usar el bidé. Eso es lo relevante.
El bidé, esa pieza arqueológica. ¡que se duche, hombre!
Posted by: Pedro on 7 de Diciembre 2003 a las 08:13 PMes mayor la pobre...
Posted by: Kapt. Kurtz on 7 de Diciembre 2003 a las 11:07 PMEso sí es considerar a alguien "mierda"
:)
Posted by: not a pretty girl on 8 de Diciembre 2003 a las 02:26 AM¡ah!, glup, en ese caso,...,mejor una palangana
Posted by: Pedro on 8 de Diciembre 2003 a las 11:30 AM