7 de Agosto 2004

guisantes

Ahora que estás a solas con las estrellas, te preguntas por qué la NASA, o quien sea que esté detrás de este proyecto -tampoco te lo dejaron muy claro, es cierto-, te envía en son de paz, más allá del espacio estelar. La soledad y el silencio que respiramos los humanos en el universo conocido, nos inquieta. Tienes que entenderlo, pequeño cosmonauta. Allí no hay nada, hasta que haya algo. O hasta que vengan en hordas a invadirnos. Con su piel verde y sus ojos torcidos. Bueno... er... el Presidente de los Estados Unidos de América sabe pilotar aviones de combate. Él cuidará de tu pequeña huerta de guisantes de Omaha, si eso es lo que te preocupa.
Pero es mejor que no lleguemos a ese extremo, pequeño cosmonauta.

Posted by Kapt. Kurtz at 7 de Agosto 2004 a las 11:06 AM
Comments

No me tranquiliza nada que sepa pilotarlos...al guisante tampoco...mejor hablemos de otra cosa Kapitana , vale??...tengo miedo, mejor no le nombramos, vale??

Posted by: mOe:) on 7 de Agosto 2004 a las 11:58 AM

el presidente de los estados unidos sabe pilotar aviones de conbate... quizas haga una sopa campbell con tus guisantes, pequeño cosmonauta mejor protegete los guisantes tu mismo i sobre todo del presidente

Posted by: abox on 7 de Agosto 2004 a las 03:20 PM

saber perderse es importante, es una manera de aprender a estar solo...

Posted by: nm8wu on 7 de Agosto 2004 a las 03:45 PM

XDDD

Lo mejor sería enviar guisantes al espacio exterior. No es coña, seguro que tienen un CI más alto que Bush.

Posted by: Chihiro on 7 de Agosto 2004 a las 04:24 PM

Galaxia cero, desapariciones. Hemos enviado cinco escuadras, sólo volvió una voz entrecortada que expresaba oscuramente lo que allí sucede.

Posted by: Alex on 9 de Agosto 2004 a las 09:18 PM

Antes de estar a solas con las estrellas estuve a solas con un vientre muerto, un estómago vacío y con mi dentadura herrumbrosa y desolada. Les pregunté a todos qué querían ser de mayor, y coincidieron (extrañamente) en su lisérgico deseo de ser cosmonautas.Llevándome las manos al bolsillo, saqué un cigarrillo de los que fumaba el abuelo, y encendiéndolo con unos fósforos muy bonitos, les juré a todos, y a mí mismo, que les llevaría a ver las estrellas desde lo alto de ese edificio tan raro que vimos un día en la capital.
Ese día, aprendimos a volar. Aún flotamos hoy, ingrávidos...no me lo explico.

Posted by: Ray on 11 de Agosto 2004 a las 11:48 AM
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