cuando el día no es día, sino prolongación de la noche, entonces no existe el atardecer, tu vida es pura oscuridad y solo te quedar hacer mutis.

te encuentras en el Circulo POlar?

o quizás se encuentra en una Aurora Laboral... a mi me pasa a veces y no son nada bonitas.

las auroras dan un poco de miedo, por lo espectrales que son...

pues cuando te haces a la idea de que por estar toda la noche sin poder dormir hasta es una ventaja porque estás viviendo mientras los demás están semi-vivos, empiezas a sacarle un lado mágico al insomnio. Luego cuando entran esos rayitos de luz por tu persiana, y decides por fin hacerte ese puñetero café porque , total, el sueño ha pasado de largo otra noche más, pasas por el baño y te ves en el espejo. Entonces te das cuenta de que no has estado viviendo en absoluto. Te lo dice esa cara de zombie que te mira con apatía, y que de magia no entiende nada.

yo cuando no encuentro sentido al amanecer es cuando empiezo el día demasiado pronto. pero después de la noche, sí, para mí tiene encanto

bueno bueno.
No es lo mismo el tocino que la velocidad.
Una cosa es encontrarse con que amanece despues de una noche que no querias que acabara, y otra tener que acabar una tarea y convertirte en un deposito humano de cafe y rebulles de esos...uf

calla calla, que me recuerdas mi última noche de insomnio con el trabajo en mi cabeza, dando vueltas en la cama. Retomemos la vida diurna

OOOMMMMMMMMMMMM.......

OOOMMMMMMMMMMMM.......

cuerpo relaxxxxxx...
mente relaxxxxxxx...

Hace tanto tiempo que no veo un amanecer...

Recuerdo uno en una playa solitaria, terminación de una noche de juerga veraniega, con una chica de ojos azules sentada a mi lado (bueno, lo de la chica es anecdótico, porque con su estupidez y su aliento a ajo, solo pretendía amargarme el momento).

Cuando los vapores del alcohol y la euforia se van apagando, la mente se torna melancólica y pletórica, e inventa metáforas y filosofías determinantes. Y para colmo un amanecer con la playa dispuesta hacia el este. Todo de frente.

Esos segundos eran lentísimos. Sentía el tiempo y el mundo en la palma de la mano.

Bueno, en ese momento, a la chica la quise como a nadie. No me quedaba más remedio.