No sé qué tienen las fiestas de los pueblos. No sé si será la verbena, el olorcillo a abono, el kalimotxo, o esa txaranga que desafina al fondo, pero resultan devastadoras. Sobre todo, si el alcalde da ejemplo borracho perdido.
Eso es demagogia electoralista y lo demás, chorradas.
que están en plena campaña!!
Posted by: mOe:) on 10 de Julio 2004 a las 05:55 PMNada más cercano al pueblo que el borracho del ídem.
Posted by: K on 10 de Julio 2004 a las 06:30 PMO tal vez resulte que le brota lo rupestre desde el fondo del alma, al calor de las primeras copas y hasta que el cuerpo aguante (y la cruda lo permita)
Posted by: Paco on 10 de Julio 2004 a las 09:05 PMHum, pues yo ahora pienso en ellas con nostalgia, lo cual no significa que dejen de ser abominables. Aquello de que tus mejores zapatos se llenaran de barro o polvo, mientras mirabas como bailaban tus padres y te comías una manzana bañada en caramelo, espiada por los muchachos del pueblo que miraban con aire sospechoso, como preguntándose qué haría una urbanita como tú en un pueblo como éste, tenía su aquel. Hace tanto que no me preguntan eso de: ¿Y tú de quién eres?... :)
Por cierto, por lo general los alcaldes, borrachos, suelen decir cosas más inteligentes que cuando están sobrios. Lo cual es bastante significativo, creo.
Posted by: Nuala on 10 de Julio 2004 a las 10:21 PMsi las fiestas de pueblo no fueran "de pueblo" serían geniales.
Posted by: lemon^boy on 11 de Julio 2004 a las 02:20 PMHoy tengo Romería al lado de casa. Aparte de las borracheras, lo que me gusta es ver a los políticos vestidos con el traje típico, con esos pantaloncitos cortos tan ridículos, y a la alcaldesa con el vestido menos favorecedor que existe. Me gusta tener esa imágen en mente hasta las próximas elecciones :)
Posted by: Ike Janacek on 11 de Julio 2004 a las 03:58 PMMe duele la cabeza enormemente y estoy tirado, torcido en una esquina de la calle con un vómito en la fuente de mi boca.
Posted by: Alex on 12 de Julio 2004 a las 08:01 PMSi es que el punto Berlanga-Fellini es lo único que podemos salvar de la fiesta de pueblo.
Yo curro de fiesta en fiesta y las aborrezco (salvaría las de mi pueblo cuando era peque, como Nuala, recuerdos puntuales, desordenados y lindos), pero si hay tres o cuatro cosas salvables, una es esa, el alcalde incoherente, los de las peñas disfrazados y los perros bebiendo de los charcos de kali.