26 de Septiembre 2003

erre

R. es especial. No es como los demás. Es... otra cosa. Y tendría todos los boletos para darme auténtica pena si no fuera porque es más terca que una mula. Y encima, un poco bruja. R. es la secretaria de mi oficina. Durante muchos años también ha cogido el teléfono pero alguien decidió que ya estaba bien de ser la única empresa del mundo con una telefonista medio sorda. Que nos liaba las de San Quintín cada vez que nos pasaba una llamada. Y no les digo nada de los recados. Cualquier parecido con la realidad, mera coincidencia.
R. es especial. Un día, cuando llegué a la tarde, me miró con cara de susto y me dijo que le había pasado algo muy fuerte. Ay, dios. Había metido su teléfono móvil recién comprado (Nokia 3310) en el bolsillo de atrás, había ido al baño, y al bajarse los pantalones, el móvil había caído al retrete. En fin, estas cosas son como muy de R. Y claro, como soy el Servicio de Asistencia Técnica amateur, tuve que arreglarle yo el asunto que ella pretendía llevar a la tienda para que le entrara en garantía y le dieran otro. Con una pedazo burbuja de semejante calibre en la pantalla, no sé a quién pretendía engañar.
Ella es así. Conseguí arreglarle el móvil que ahora tiene con un logo de los Simpson. No pega ni sello. Tiene lumbalgia. Y pasa horas hablando por teléfono con vaya usted a saber quién. Cotillea con L. Y pronto, la pasarán a un sitio cercano al mío para que yo pueda escribir sus memorias:
"Erre que erre: la vida según R.".

Posted by Kapt. Kurtz at 26 de Septiembre 2003 a las 08:29 AM
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